Austera, honesta, responsable y simple, sinónimos de una arquitectura que lee y reinterpreta paisaje en términos contemporáneos. Una mirada que ha ido eclosionando durante más de veinte años atravesados por proyectos construidos, participación activa en concursos, encuentros internacionales, actividad docente, entre muchos otros móviles que han ido desplazando a los hermanos Gualano a lo que son hoy.
Desde esa primigenia arquitectura del Parador del Salto del Penitente, abstracta y honesta en materialidad, hasta un programa hotelero de fuerte carácter global, como el Hilton, el insight del paisaje siempre estuvo presente. Una verdadera síntesis de todos los componentes que hacen al adentro y al fuera de la obra.
En definitiva, una sinergia marcada por el encuentro entre la materialización del proyecto y el contexto circundante que no parte de la mímesis sino del gesto; de la materialidad conceptual y programática.