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El proyecto parte de la iniciativa del cliente de sentir que está viviendo inmerso en el bosque, aún estando dentro de la casa.
Siguiendo esta idea, se colocan dos volúmenes exentos del perímetro que articulan los espacios interiores y rompen el limite con el exterior, diluyéndolo mediante dos grandes aberturas paralelas que dotan el espacio interior de flexibilidad. La casa separa programáticamente los servicios del resto de la vivienda. Los dos bloques contienen baños, cocina y espacios de guardado, liberando el resto de los espacios para acentuar el contacto directo con el exterior.
Continuando con esa lógica, la casa es una circulación en si misma. No hay límites bruscos entre las diferentes habitaciones, sino que los dos bloques separan y distribuyen los espacios. La vivienda intenta interpretar el bosque, dejando que el usuario se mueva libremente. El terreno se vuelve parte del recorrido exterior, dando la sensación de moverse entre los arboles en todo momento, dentro y fuera de la vivienda. Inmersa dentro del bosque en un entorno repleto de vegetación, la casa aparece de sorpresa, camuflándose con el entorno.
El terreno está ubicado entre dos calles a diferente altura, planteando una variación topográfica acentuada. La vivienda se adapta al terreno tomando como base el nivel de calle superior, siendo este el punto de llegada. Se plantea una continuación de la topografía mediante dos planos horizontales simples que generan una plataforma habitable donde se desarrollara el programa de la vivienda.
En el sector de dormitorios que da a las calles, se colocan dos planos verticales para brindarles mayor privacidad hacia la vía pública.
*Extraído de la memoria de los arquitectos.
Año: 2021
Acceso: publico
