El proyecto se implanta en una antigua y obsoleta cantera de cal de la ciudad de La Calera, una pequeña ciudad serrana en al área metropolitana de Córdoba, Argentina. La misma se caracteriza por un tejido de baja densidad que se extiende genéricamente tapizando las laderas del cordón serrano.
Con el fin de establecer un diálogo a escala del paisaje y moderar el impacto de la construcción, se opta por reducir la pisada de la obra y evitar su crecimiento en altura. El conjunto se organiza en tres barras paralelas escalonadas en el sentido de la pendiente. Las unidades se agrupan en pares, solapándose en corte o en planta con el objetivo de abrir cada tipología a un patio de suelo natural propio.
El interior se organiza con el propósito de generar continuidad con el exterior en cada uno de los espacios de la vivienda. Los usos se disponen linealmente en relación a los núcleos de servicio, los cuales articulan las áreas sociales y privadas de cada tipología. Las viviendas cuentan con área social y de 3 a 4 dormitorios cada una.
La lógica constructiva y tecnológica se organiza según un módulo estructural base de 3m x 5m, cubierto por una losa maciza de hormigón. La misma apoya, por un lado, en un muro opaco y continuo de ladrillo y por el otro, sobre un sistema de vigas y columnas de perfilería metálica dispuesta sobre las orientaciones hacia las que la tipología se abre completamente para establecer relación con el exterior.
En cuanto a materialidad, las tres piezas abstractas de ladrillo se relacionan con el color de la roca existente, minimizando el contraste con el sitio.
*Extraído de la memoria de los arquitectos.