Esta casa vacacional se ubica en un terreno con pendiente, en un pequeño bosque que se forma en el valle tras los médanos de la playa de Mar de las Pampas. Por esta razón, fue fundamental integrarla con el paisaje y minimizar su impacto en el medioambiente.
Para mantener la mayor cantidad de árboles existentes, la casa reduce su pisada a una planta de 8x9m. Se genera un planteo rendidor y compacto, la casa se compone de dos plantas. En planta baja se desarrolla el sector público y en planta alta el privado.
La planta baja queda elevada al contrafrente casi un piso, debido a la pendiente en diagonal del terreno. En esta planta se buscó la máxima apertura hacia el bosque. El living-comedor y la cocina lineal se vuelcan hacia el paisaje a través de grandes ventanales. A continuación, se desarrolla un deck de madera atravesado por dos pinos, reforzando la idea de integración con el entorno. Sobre la fachada posterior se condensan toilette, lavadero y despensa. Al lado de este bloque se ubica la escalera, la cual se abre a las vistas gracias a una ventana angular que permite la entrada de sol del norte. El único acceso con puerta a la casa se ubica lateralmente, donde un murete de hormigón contiene el terreno e incluye a la parrilla. En la planta alta se desarrollan 3 dormitorios con grandes ventanales y 2 baños, siendo uno de los dormitorios en suite. El pasillo conector da acceso a la escalera exterior que sube a la terraza, desde donde se pueden disfrutar las vistas al bosque, al cielo y al mar.
Debido a las inclemencias del clima marítimo, se optó por materiales duros. Las fachadas en hormigón, las carpinterías en aluminio inoxidable y la madera, que a pesar de necesitar mantenimiento, es un material local y fácil de reponer. Los encofrados de la fachadas y losas de hormigón, los decks exteriores, y las puertas y revestimientos interiores están hechos con tablas de pino de 6 pulgadas. Los encofrados de las fachadas se dispusieron en vertical para jugar con la verticalidad de los árboles del entorno.
Para el paisajismo se trató de mantener las especies existentes. No solo los 30 pinos, sino también un ciprés viejo y jorobado, los arbustos siempreverde, las cortaderas y las cañas silvestres.
*Extraído de la memoria de los arquitectos.