Hablar de identidad, de patrimonio, de suelo urbano estratégico en la Rambla y de política de vivienda, es hablar del derecho a la ciudad. Con la torre, planteamos desde el comienzo continuar y reafirmar ese diálogo de integración social, cultural y urbana.
Recuperar el viejo Gasómetrocomo referencia simbólica a una metáfora posible. Para ello, decidimos circunscribir la torre al viejo tanque de hormigón existente y ceñirnos a una elipse que cumple con las normativas municipales y patrimoniales existentes y nos permite adaptar y ajustar flexiblemente las áreas requeridas para las tipologías. Dejamos a un lado los planteos modernos de las torres vecinas de los años 70 (eje heliotérmico) que no mantenían vínculo ninguno con la configuración existente para intentar dialogar, incluso con ellas. Las diferentes escalas de aproximación a la torre buscan rescatar y mejorar la cohesión del tejido existe.