En un acto de generosidad a la dimensión de lo público Sebastián Adamo, Marcelo Faiden y Agustín Fiorito disponen dos sillas “Luna” sobre la vereda que enfrenta la vidriera de 8 1⁄2. En complemento de esta acción y al interior de la sala colocan paralelo al gran vidrio un espejo que cierra el espacio.
Con esta sencilla operación el exterior de la calle es desplazado al interior de 8 1⁄2. Silenciados en la superficie reflejante, se pueden observar las sillas “Luna”, el observador que las habita, la calle, los paseantes, las ventanas de la fachada del edificio que se levanta detrás y toda una ciudad que discurre a nuestras espaldas. Ambivalentemente, todo lo que percibimos dentro es lo que sucede fuera de la escena (…).
Una mirada en que las cosas, los recintos interiores y la ciudad son presentadas con igual importancia, como un sistema de objetos que en su conjunto cualifican aquellos ambientes en los que se despliega la vida cotidiana y que resulta ser el ámbito propio de la arquitectura.
*Extraído de @ochoymedio_m2 @pedrolivni octubre 2021