Resultaba necesario vincular la obra con el contexto manteniendo siempre unidad y continuidad visual y material tanto con el espacio público próximo manteniendo la condición domestica dada por el uso residencial de vivenciar el barrio y la vereda como también con la calle y su uso rápido, constante y cambiante dado por el paso de vehículos
La obra fue pensada como un objeto que enlace y genere vínculos con las manzanas próximas a la misma, como vehículo de unión entre diferentes situaciones urbanas. A partir de una operación muy simple, la adición del volumen -que buscaba adaptarse a las particulares condiciones físicas existentes- es resultado de la explotación al máximo del suelo utilizable luego de la aplicación de los retiros obligatorios y del suelo sobrante del galpón (tinglado) existente. Desde su concepción la obra busco responder a una serie de interrogantes y objetivos. ¿Cómo debería relacionarse la nueva implantación con la forma de las manzanas adyacentes y del entorno? ¿Cómo generar una obra vínculo visual y perceptual de las personas dentro y fuera del mismo? ¿Cómo generar una pieza arquitectónica en donde el vacío del mismo genere tensión al igual que lo hace la masa construida? Para dar respuesta a estas premisas, a partir de las contrastantes condiciones contextuales, se buscó vincular la obra físicamente con el espacio público de la vereda y visualmente con la calle manteniendo una continuidad material y visual mediante la exploración de una serie de definiciones materiales que generen diferentes grados de privacidad desde y hacia la obra.
Se exploraron diferentes recursos materiales y técnicos buscando diferentes grados de privacidad mediante visuales inmediatas en planta baja donde se encuentra el depósito existente y recepción y visuales extensas hacia el territorio en planta alta desde las oficinas y sala de reunión.
En el zócalo urbano se utilizaron para la conformación de los cierres exteriores al igual que en la totalidad del revestimiento, chapas acanaladas pre pintadas color gris ceniza con un proceso previo de microperforado que permitió un flujo de aire continuo, una clara transparencia interior-exterior y una lograda opacidad visual a larga distancia desde la avenida.
El volumen programático esta materializado totalmente de tableros de madera multilaminados fenólicos de 18mm de eucaliptus que le confiere la calidez necesaria para el trabajo diario contrastando con el frio carácter industrial y funcional del galpón existente.
En planta baja la administración necesariamente estanca ubicada a 2 metros por detrás del microperforado está delimitado solo por una carpintería imperceptible que permite una planta baja visualmente continúa. En planta alta las oficinas abiertas visualmente hacia el exterior por medio de vidrios laminados 5+5mm, a cierta distancia y durante el día, gracias al reflejo solar devuelve la imagen del paisaje inmediato pero permiten observar la materialización del interior a corta distancia desde la vereda o bien desde la avenida por la noche.