“El espesor del momento” un formato expositivo con capacidad de ver, reconocer y comprender a través de la experiencia sonora, visual y espacial los vínculos ambientales y emocionales que esconde la Casa Vilamajó.
“¿Qué es la arquitectura sino el molde de nuestros movimientos?”
Esta pregunta formulada por Vilamajó puede entenderse como el eje estructurador de la muestra. La relación entre el cuerpo y el espacio doméstico de la de la modernidad, es lo que motivó 5 años de investigación teórico-práctica y que derivó en una metodología de trabajo materializada en la obra Comedia de Distancias.
La casa como guion narrativo y el cuerpo como herramienta para pensarlo, invita a pensar el espacio como una construcción determinantemente biológica. Cada uno de nuestros sentidos es un registro capaz de concebir mensajes situados en diferentes niveles conceptuales que escapan lo meramente visual. La vista constituye el primer acercamiento al espacio, en tanto el movimiento permite abordar ese territorio, esa distancia implícita entre los cuerpos. La danza entendida como un medio de articulación espacial es capaz de provocar “impulsos espacio- creativos” que amplían la comprensión del hecho arquitectónico. Ampliar los procesos de percepción a través de diferentes registros permite examinar el cuerpo de datos situado en un primer nivel físico pero también desocultar las implicaciones psicológicas y fisiológicas presentes en el espacio.
La relación espacio - tiempo constituye una dimensión que singulariza cada período histórico. El espacio de la modernidad es el espacio elucídelo. Un espacio posicional pautado por ritmos temporales. El observador protagonista de la experiencia espacial moderna se hace explícito en la secuencia de ritmos alternos que plantea la casa. El movimiento helicoidal pautado por la circulación vertical y las tensiones en horizontal producto de la secuencia de elementos virtuales y reales que permiten aprehender el espacio longitudinalmente. La dinámica domestica transcurre en los continuos cambios de nivel, en otras palabras, el movimiento es la propia casa.
No cabe duda que la Casa Vilamajó está cargada de connotaciones fenomenológicas. Cada nivel se concibió como un universo propio que se diferencia funcional, espacial y materialmente del resto. Los cambios de escala, el mobiliario, la materialidad, la incidencia de la luz hacen de la casa una experiencia netamente sensorial. Por medio de la incorporación de diversos códigos y lenguajes consigue un espacio domestico teñido de referencias eclécticas sobre todo de origen hispano-árabe. Una clara voluntad por humanizar el espacio habitable.
Entender la arquitectura como un fenómeno complejo, hace necesario un acercamiento interdisciplinar. La era de la información demanda una “sintaxis visual” capaz de trascender lo acumulado y favorecer la interacción humana. La casa es una narrativa abierta que adquiere “espesor” en el transcurrir histórico. En definitiva la sumatoria de las vivencias y registros que le cargamos es lo que le otorga carácter atemporal.
“El espesor del momento” un proyecto de Carolina Besuievsky
Creadora, intérprete y docente de danza contemporánea, desarrolla su carrera en Uruguay desde 1983. Es psicóloga, egresada de la Universidad de la República, especializada en Psicología Social. Co-dirigió los espacios de formación e investigación en danza contemporánea “Contradanza”(1988-1998) y “La Pista”(2001-2006). Desde el 2000 su trabajo se centra en la composición espontánea como manifestación escénica y como metodología de investigación, creación y docencia.
Creadores y creadoras:
Victoria Barreiro (dibujante, animadora)
Ana Micenmacher (artista audiovisual)
Andrea Sellanes (fotógrafa, arquitecta)
Pablo Dotta (cineasta)
Fabrizio Rossi (diseño de sonido)