La narrativa es el hilo conductor que atraviesa la obra de Frida Escobedo. Narrativas materiales, volumétricas y compositivas se introducen como pretextos para hacerse preguntas y replantearse cuestiones sociales, económicas y políticas.
El pabellón para la Serpetine Pavilion 2018 es un verdadero manifiesto de las condiciones geográficas que definen su origen expuesto a los ojos del mundo. Un muro grueso permeable realizado con tejas apiladas de hormigón define los dos volúmenes rectangulares que delimitan un patio. La celosía divisoria desplegable hibrida elementos tradicionales de la arquitectura mexicana con lo típicamente local de Londres. El espejo de agua y la cubierta reflejante completan el edificio reloj, una expresión directa “del tiempo en la arquitectura a través del uso inventivo de materiales cotidianos y formas simples.”
Una arquitectura sin pretensiones, que no busca el impacto de la gran escala sino la capacidad dialéctica e interlocutora; la pregunta o el concepto. Una condición muy pequeña puede cambiarlo todo; un momento específico provocado por el gesto de la luz, la plástica material o las geometrías recursivas es lo que en definitiva recordamos de cada edificio.