Montevideo
Uruguay
Nueva sede Preuniversitario Colegio y Liceo San Pablo

El contendor industrial que antiguamente pertenecía a la fábrica de relojes Ferreti ubicada en pleno barrio Prado fue el sitio elegido por el colegio San Pablo para proyectar la nueva sede del preuniversitario. Los “condicionantes”: el edificio preexistente, una marcada economía de medios y un acotado margen temporal para la consecución de la obra.

Más que condicionantes estos preámbulos fueron entendidos como una oportunidad, una instancia de reformular la pregunta desde una metodológica bien distinta a la habitual. Como resultado una arquitectura honesta en materialidad que deja atrás la lírica por el detalle y se enfoca en la función programática – comunicativa.

Se trató de una intervención de acupuntura sobre la estructura existente ya que no presentaba mayores impedimentos espaciales. La racionalidad de la planta de triple crujía se alineó perfectamente con el programa educativo, dando lugar a  aulas de dimensiones generosas hacia los módulos laterales. La mayor intervención fue socavar la crujía central volcando las circulaciones hacia el vacío, integrando una doble rama de escalera que recorre la múltiple altura.

Son las nuevas relaciones programáticas las que hacen del edificio un espacio educativo mejorado entorno al conocimiento y el lugar. La acción de trasladar la función “más pública y social” del programa a la azotea, saca partido de un espacio muchas veces olvidado y amplifica los límites del lote constreñido por las construcciones existes. De esta forma sujeto y objeto adquieren una nueva dimensión urbana en la inmensidad del Parque.

A nivel de fachada, las escaleras exteriores adquieren protagonismo en la composición por su color y formalización constructiva. El volumen se despega como un mecanismo gráfico independiente. Para la manufactura se reutilizó perfilería del antiguo edificio y chapa de aluminio desplegado para completar la imagen volumétrica.  Esta no es la única instancia en la que se manifiesta el “edificio cartel” haciendose eco de la función interior. La biblioteca también aparece, levemente volada del plano, como una gran ventana enmarcada en rojo. El hecho de que la fachada principal sea la lateral y no la frontal como habitualmente se acostumbra le da mayor perspectiva al edificio respecto a la calle.

En este el proceso de adaptación y convalidación de los diferentes lenguajes la imagen industrial original fue amalgamándose cada vez más con las decisiones de proyecto. De hecho una de los grandes cambios fue dejar todas las instalaciones que originalmente iban ocultas a la vista. En términos generales, no se buscó una sofisticación constructiva ligada al exotismo de los materiales sino más bien una elementalidad constructiva versátil y con capacidad de adaptación.

El desplazamiento de las condiciones principales de proyecto hacia otros puntos como la economía, la construcción, la versatilidad y el uso dio como resultado una serie de soluciones creativas que van desde las mesas para los alumnos hasta la integralidad del edificio. El plus: una imagen con identidad institucional de fuerte carácter comunicativo.

Por: Mariangeles Longo
  • Arquitectos: Marcelo Danza, Andres Cotignola y Marcelo Staricco.
  • Año: 2020
  • Programa: Educativo
  • Materiales: <p>ASESORES:</p> <p>Estructura: Magnone Pollio, Ingenieros Civiles.</p> <p>Sanitaria: Dica y Asociados.</p> <p>Acondicionamiento t&eacute;rmico, ventilaci&oacute;n, el&eacute;ctrica e iluminaci&oacute;n: Ing. Octavio Rocha.</p>
  • Acceso: privado

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